Este juego posee uno de los conceptos más originales que se vieron en su momento para esta consola, donde controlas a un enigmático personaje que explora un enorme área con el vago objetivo de llegar a una montaña de punta brillante, no hay explicación de todo esto, solo cuentas con tus instintos y curiosidad de explorar. A lo largo del desierto nos encontramos con ruinas de lo que parecer ser una civilización perdida. Al solo tener dos acciones (cantar o brincar), muchos de los puzzles se resuelven cantando en el lugar correcto o brincando largos peñascos o sobre estructuras verticales.
En varias zonas hay pedazos de tela que, al recolectarlos, se unen a la estela de tu ropa y nos permiten saltar más alto. Esto son necesarios para llegar a lugares aparentemente inalcanzables y continuar el juego. Este título guarda muchas similitudes con el anterior juego descargable de la compañía Flower, pues aunque los puzzles son demasiado sencillos, jugarlos es una experiencia única y relajante que provoca emociones poco usadas en los medios audiovisuales de entonces.
