Es un juego difícil, desafiante, adrenalítico y una perla visual, hablamos de un juego indi para Wii U que ha vuelto a dejar claro de lo que son capaces en el sector de los independientes. Es un arcade en la que la sensación de velocidad es quizás la más alta que hemos visto en mucho tiempo y en la que convertirnos en los amos está al alcance de los más virtuosos que quieran aceptar el reto. Sobre todo por el enorme desafío de dificultad que tiene el juego y que va adquiriendo gradualmente y que no busca ponernos las cosas fáciles.
El uso de los paneles de color en el videojuego es muy bueno, así como el toque extra de reflejos y estrategia de jugabilidad que aportan, es un espectáculo visual a 60fps constantes que no bajan, los detalles animados en cada circuito son diferentes entre sí, no es un juego fácil para nada si usas el modo héroe.
